GSEF 2016: Declaración de Montreal
 

Contexto actual

Las personas reunidas en el Foro Global de la Economía Social 2016 constatamos un aumento de la brecha salarial y la exclusión social, la polarización de las sociedades y una incapacidad de resolver los problemas ecológicos del planeta. A esto se le añade un desafío político importante: gestionar la expansión urbana garantizando una calidad de vida adecuada, el acceso a los servicios básicos de los ciudadanos (vivienda, agua corriente, alcantarillado, energía, transporte, seguridad, etc.) y un entorno que permita el empoderamiento individual y colectivo de las personas.

Compromiso en favor de la economía social y solidaria

Las 1.500 personas presentes en el Foro GSEF 2016 en Montreal, provenientes de 330 ciudades de 62 países, reafirmamos con fuerza que una ciudad más inteligente, justa y sostenible es posible y que existe un modelo de desarrollo económico que posiciona al ser humano en el centro de la actividad económica, social y política. Lo llamamos economía social y solidaria (ESS). La economía social y solidaria persigue simultáneamente la eficiencia económica, la inclusión social, el desarrollo sostenible y el aumento de la participación popular en el funcionamiento de la economía y el desarrollo urbano. Esta economía está formada por cooperativas, empresas comunitarias, empresas sociales, cooperativas de crédito, mutuas de seguros y organizaciones sin ánimo de lucro. El sector filantrópico y los inversores sociales contribuyen igualmente a su desarrollo. En resumen, la economía social abarca a todos aquellos cuyas actividades económicas no tienen por objetivo principal el aumento del lucro. Para progresar en nuestra sociedad, la economía social debe asumir el lugar que le corresponde junto a la empresa privada y el sector público. Y es que la economía social es fundamental en todas las sociedades porque cuestiona el modelo de desarrollo actual. Representa una salida esperanzadora para las personas y los grupos vulnerables que no encuentran empleo decente, vivienda o los servicios necesarios para vivir en unas mínimas condiciones. La economía social y solidaria fomenta un modelo de desarrollo que protege el medio ambiente a través de la gestión colectiva de los recursos naturales y su explotación sostenible. La economía social y solidaria también revitaliza la democracia participativa porque parte de la acción colectiva. Y es que los procesos democráticos y la toma de decisiones colectiva, inherentes a la economía social, son indispensables para hacer frente a los desafíos actuales.

Más allá del Estado están los municipios y la acción colectiva 

Los problemas a los que se enfrenta la humanidad no pueden ser resueltos por un solo país a nivel estatal. La participacipación de los municipios y las colectividades territoriales es indispensable, tanto más cuanto los gobiernos locales están más cerca de los ciudadanos, permiten promover una democracia viva y reconocen el derecho a la ciudad. Para solventar los problemas de la humanidad se requiere también gobernanza, es decir, la participación activa de los ciudadanos, apoyados por un entorno académico que permita reforzar los conocimientos y la capacidad de los gobiernos municipales y así responder mejor a las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos. Los firmantes de esta Declaración estamos convencidos de que la economía social contribuye a la creación de un nuevo modelo de desarrollo porque cambia mentalidades y maneras de actuar. Además, reafirmamos nuestra voluntad de solidaridad internacional para hacer frente a los desafíos enfrente a los cuales nos hallamos a través de la difusión de la información, el intercambio de buenas prácticas, el apoyo mutuo e incluso hasta el apoyo económico. Dicha solidaridad se manifiesta particularmente en la acción colectiva para organizar un mundo más justo y en la elaboración de un plan de acción internacional adecuado para el futuro. Finalmente, reafirmamos el compromiso de cooperar con el  Foro a fin de promover la economía social en tanto que medio adecuado para resolver los grandes retos del presente, entre ellos la implementación de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y de la Nueva Agenda Urbana de Habitat III, que se han puesto por objetivo lograr una mejor calidad de vida en las ciudades, acorde con las aspiraciones de sus habitantes.

Resoluciones

Basándonos en la fuerza de la Declaración de Seúl 2013, y con el objetivo de favorecer el desarrollo de nuestras ciudades, nos comprometemos a:

1. Reconocer el papel fundamental que desempeñan las organizaciones de la economía social y solidaria en la superación de los desafíos actuales, y a promover una democracia participativa renovada.

2. Multiplicar los espacios de gobernanza participativa;

3. Construir un movimiento inclusivo que dé cabida a todos los hombres y mujeres, de cualquier edad y origen;

4. Establecer colaboraciones público-privadas-colectivas para responder a las necesidades y a las aspiraciones de los colectivos;

5. Compartir nuestros anhelos, experiencias y éxitos en la promoción de la innovación social, particularmente mediante CITIES, socio estratégico del Foro.

6. Reconocer y apoyar a los jóvenes en tanto que actores importantes para el futuro del movimiento de la economía social y solidaria.