2.1. La Economía Social y Solidaria desempeña un papel fundamental en el desarrollo de un modelo económico deseable. Se distingue por su capacidad para actuar por medio de valores como la solidaridad, la justicia social y la democracia en un mundo donde los beneficios e intereses no pueden ser los únicos incentivos en la toma de decisiones. Sitúa a las personas como eje central del desarrollo, reforzando así su independencia, los vínculos sociales y la cooperación para contribuir a un modelo económico más igualitario. La ESS participa activamente en el fomento de una economía para la paz. En concreto, trabaja en la prevención de conflictos, incentivando la resiliencia de las comunidades frente a crisis sociales, económicas y medioambientales.

Este modelo económico apuesta por la biodiversidad, lo que favorece la protección de los seres vivos, además de integrar los principios de sostenibilidad y de respeto de los recursos naturales y bienes comunes. La ESS también favorece la economía compartida, un modelo según el cual los bienes y servicios se gestionan colectivamente en aras del bienestar conjunto, y sin dejar de atender los desafíos relacionados con la justicia social, el trabajo decente y la protección de los trabajadores. Además, aborda las desigualdades entre personas y países, para lo que promueve soluciones alternativas al capitalismo tradicional, que genera desigualdades crecientes. Al priorizar el factor humano frente a los beneficios, la ESS aspira a un modelo económico que tenga en cuenta la finitud de los recursos naturales, el respeto de los ecosistemas y la necesidad de una transición verde hacia una sociedad más justa y sostenible.

Debido a su poder transformador, la ESS también se convierte en un motor para las transiciones justas, que aporta soluciones a los desafíos mundiales actuales: ofrece alternativas frente a las crisis climáticas, medioambientales, económicas y sociales, al tiempo que contribuye a una mayor resiliencia de las comunidades. La ESS ocupa una posición clave en la respuesta a las emergencias globales, ya sean las catástrofes medioambientales, las crisis políticas o los conflictos. Al reforzar las capacidades a nivel local, respalda la reconstrucción poscrisis y la resiliencia a largo plazo mediante la creación de mecanismos sostenibles de solidaridad y cooperación. Por todo ello, se perfila como un pilar esencial del desarrollo sostenible, un modelo capaz de responder a las emergencias sin dejar de perseguir la transformación sistemática de las sociedades.

2.2. Objetivo: El GSEF respalda el desarrollo de la ESS en todo el mundo, así como la puesta en marcha de los escenarios necesarios para aumentar su alcance, de manera que se convierta en la norma económica y se logre un modelo de desarrollo duradero e inclusivo.

2.3. El GSEF está comprometido con el diálogo entre poderes públicos y actores de la ESS para favorecer el planteamiento colaborativo de políticas públicas locales, regionales, nacionales y supranacionales que refuercen los ecosistemas ESS de la mano de las organizaciones locales que comparten los valores del GSEF desde sus inicios.

La escala local es un factor fundamental de esta dinámica, que se articula también a nivel regional, nacional e internacional. Este enfoque casa con el reconocimiento por parte de las Naciones Unidas del papel clave que desempeñan los gobiernos locales en la localización de los ODS.

Para acelerar esta transformación, el GSEF facilita la difusión y la transferencia de iniciativas y de casos de éxito facilitando que se compartan experiencias y conocimientos entre unos territorios y otros. Además, otorga a los jóvenes y las mujeres un papel central en la ESS comprometiéndose a que participen activamente en los procesos de toma de decisiones y a desarrollar sus capacidades, tanto en el seno del GSEF como en los ecosistemas ESS.

2.4. La actuación del GSEF va en consonancia con la brújula internacional que son los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible definidos por las Naciones Unidas en 2015. La Economía Social y Solidaria integra los ODS de forma transversal hasta el punto de haber sido reconocida como uno de los motores más estratégicos y coherentes para garantizar su localización, pues facilita su adaptación y puesta en marcha en cada territorio.
 

Artículo 3. Nuestra estrategia y nuestros medios de actuación